Tan
rotos que ocupamos nuestro tiempo con cualquier estupidez con tal de no pensar
en ello, porque el simple hecho de pensarlo hace que duela. Pero a veces,
bueno… a veces tienes que darte a ti mismo permiso para no ser fuerte, bajar la
guardia y darte una tregua. Está bien bajar la guardia de vez en cuando. No
queremos hacerlo porque eso supone tener un día triste, uno de esos viernes que
saben a domingo, un día de esos que duelen, de recordar y echar de menos. A los
que ya no están, y a los que están, pero lejos. Sin embargo, hay momentos que
es lo mejor que puedes hacer: darte una tregua. Eso no nos hace menos fuertes;
eso es lo que nos hace humanos.
domingo, 13 de mayo de 2012
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