sábado, 30 de abril de 2011

Qué fácil parece a veces enamorarse, y todo eso de que ella puede llegar a ser ese único puto motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción.

Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.

Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y te diga, venga, hazte un peta y me lo cuentas.
No sabes lo que es despertarse y que ella se retuerza y bostece, y luego te abrace y ya no sepas como deshacerte de todo el mundo.

Así que supondrás que yo soy el primero que entiende que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla.

Que yo también la veo, que cuando ella pasa por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo.

Que sé, como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.

Que conozco su voz en formato susurro, y el formato gemido y en formato secreto.

Que me sé sus cicatrices y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría.

Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones.

Que no sólo conozco su última pesadilla, si no también, las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna, ¡y mira que hay tontos enamorados en este mundo!

Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, reunida a ese puto milagro que supone que exista.

Que la he visto formas un charco de arena, rompiendo todos los relojes que le puso el camino, y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana.
No me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo...

Que te entiendo, que yo escribo sobre lo mismo, que razones tenemos todos, pero yo, muchas más que vosotros.

martes, 26 de abril de 2011

¿Sabéis por qué tenemos faros?


Porque orientan a los barcos en la oscuridad, y los mantiene a salvo evitando que choquen contra las rocas cuando te encuentras con una tormenta y las olas no paran de golpearte, cuando crees que ya nunca volverás a tierra y estás apunto de romperte en mil pedazos, ahogarte y hundirte en el agua..
Creo que ya va siendo hora de despedir los dieciseis, de dejar atrás un año.


Dicen que después de la tormenta, siempre viene la calma, y qué quieres que te diga, así fue.., no empezó todo como quizás hubiera deseado, pero después todo se puso en su lugar, y ahora puedo fardar de tener a once personitas a mi lado, que hacen que días como el que me espera sean especiales, personitas que hacen que hasta el aburrimiento a su lado sea divertido, y personitas que sin quererlo, hacen que los quiera más que a nada.


















Gracias a vosotros


Y a ti, por seguir estando ahí

martes, 12 de abril de 2011

¿Y si te digo que me da igual?



Que me da igual el hoy, el mañana, el después, el por qué, el cuando, el cómo, el si no, el sin embargo, el a pesar de, el qué, el dónde, el y si... que me da igual todo, que me da igual todo lo de mi alrededor, me da igual absolutamente todo, menos tú.

¿Y si te digo que me da igual absolutamente todo, menos estar a tu lado?

sábado, 9 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

¿Nunca te has puesto a pensar que todo tiene el lado negativo?

Lo que te gusta, lo que NO.
Lo que aguantas, lo que NO.
Lo que quieres, lo que NO quieres.
Lo que ves, lo que NO ves.
Lo que oyes, lo que NO oyes.
Lo que sueñas, lo que NO sueñas.
Lo que preguntas, lo que NO preguntas.
Lo que respondes, lo que NO respondes.
Lo que se acaba, lo que NO se acaba.
Lo que se cambiar, lo que NO se cambia..

Y así, absolutamente con todo. Resulta irónico que en un mundo en el que todo el mundo se empeña en ver las cosas del lado positivo, siempre este ese adverbio de negación para ponerlo todo del revés...
No sé, ¿y si no?, ¿y si todo, quieras o NO, siempre tiene su lado negativo?

jueves, 7 de abril de 2011

No se trata de cómo, ni de dónde vienes...















Si no, de quién te acompaña en el camino.



martes, 5 de abril de 2011


Si algún día me preguntaran cual es la razón por la que soy feliz, por la que sonrío... creo que no sabría decirte con exactitud el por qué.

Hay tantas cosas de tí que me hacen feliz, que me hacen sonreír...



Y es que, la forma en la que te metes conmigo, aunque no lo quiera, acaba por sacarme una sonrisa, el simple hecho de mirarte y ver que me estás mirando hace que me ponga nerviosa y sonría, la forma en la que me besas y me muerdes el labio, hace que sonría, verte hacer el inútil por la calle intentando darme vergüenza hace que sonría, que me piques y me pongas celosa mirando a otras cuando pasan por delante tuya, hacen que sonría, ver la forma en la que te rascas cuando te pego un pellizco, hace que sonría, recordar cosas que hemos pasado juntos, hace que sonría, pensar en lo que aún nos queda por vivir, hace que sonría, leer algo tuyo dirigido a mi, hace que sonría, cada vez que me dices te quiero hace que sonría, cada vez que me das un abrazo, hace que sonría, cada vez que me apoyo en tu pecho y oigo uno a uno los latidos de tu corazón hace que sonría... y aún así, hay muchas sonrisas que aún me quedan para darte..


Ya sé que hubiera acabado antes diciéndote que tú eres la única persona que me hace sonreír de esa manera tan especial, pero ya ves, me apetecía la idea de sonreír recordando todas y cada una de esas cosas...
Y es que, haciéndolo a propósito o no, no hay día que no me acuerde de ti. Sobretodo en estas fechas...

¿Quieres que te diga una cosa?, tú me hiciste cambiar. En el momento en el que me faltaste, supe sentir de verdad lo que era perder a una persona querida...

Echo mucho de menos verte decirme adiós desde el coche mientras me venía a San Vicente, echo mucho de menos que me hicieras migas cada vez que iba por que no me gustaba la comida, la verdad es que desde que no me las haces tú, las he aborrecido. Echo mucho de menos mis grandes pares de bragas blancas que me dejaba siempre Papa Noel en tu casa por que se habían perdido de camino a San Vicente... echo de menos quedarme sentada contigo viendo como hacías miles y miles de cestitas y más tarde la llenabas de caramelos para dármelas, echo mucho de menos verte sentada todos los veranos en la puerta de tu casa tomando el fresco... te echo de menos, te echo mucho de menos...

lunes, 4 de abril de 2011

¿Por qué no una de ralladas en la mano para que el tiempo pase más ameno?

¿Por qué no una de pellizcos en los pezones para que no haya más de lo que preocuparse que de pillarte de imprevisto?


Aunque nunca te enteres de la misa la mitad, haces que a mí si se me olvide todo lo demás.

domingo, 3 de abril de 2011

Lo siento. Ya no lo aguanto. No sé como lo hacía antes, será que he perdido facultades, será que has cambiado tanto mi mundo, que ahora ni yo sé donde estoy. Sea como sea, no lo soporto.

No soporto quererte de esta manera tan grande, tan inmensa, tan... no soporto las ganas, no soporto querer estar contigo todas las horas del día, no soporto mis impulsos, no soporto el querer acariciarte a cada segundo, no soporto el buscar tu mirada e intentar ver algo, no soporto estar tan pendiente de ti, el saberme todos tus movimientos...

Bueno, más bien no es que no soporte, es que ya no sé como llevarlo. Me viene todo tan grande..

Ya no sé hacer las cosas bien, no sé los momentos, no sé los sitios, no sé cuando, ni donde, ni cómo.

Sé lo que quiero, joder, claro que lo sé, pero ya no sé llevarlo... no sé por donde vas a salir, no tengo ni idea de como vas a actuar, y yo ya no sé que es lo que tengo que hacer...

Yo lo único que quiero es sonreír a tu lado, quiero sentirme bien a tu lado, quiero sentirme viva, a tu lado, quiero lo que sea, pero lo quiero a tu lado.

Sé que no sólo hay un motivo por el que seguir adelante, sé que mi vida gira entorno a ti, pero lo único que quiero, lo único que necesito, es estar bien, pero contigo.

sábado, 2 de abril de 2011

Supongo, que todas las personas tienen un momento en su vida en el que notan un cambio repentino. En el que sin saber por qué, de la noche a la mañana, empiezas a plantearte cosas, a ver las cosas de otro punto de vista, a entenderlas con más conocimiento.

Y es que crecer, significa vivir. Cuando eres pequeño, crees que el mundo se acaba cuando no le gustas a ese chico, parece que te vas a morir de la tristeza, que nunca encontrarás a nadie mejor, y que no podrás soportar cuando este con tu mejor amiga, pero todo eso se te pasa cuando ese chico se acerca a ti a pedirte un boli, un papel, o a preguntarte si quieres jugar...

Cuando eres adolescente, te das cuenta de lo que era todo eso, y entonces es cuando vienen preocupaciones más grandes, más graves. Y llega el miedo, y llega la inseguridad, la vergüenza..., dicen que ser padre no es fácil, y supongo que no lo será, pero ser adolescente tampoco lo es.

Cuando eres adolescente, tienes que aprender a controlarte, a no tener impulsos, a no temer, a no sufrir. Tienes que aprender a ser más fuerte para que personas ajenas no te hieran. Lo cierto es, que una persona no se hace más fuerte de la noche a la mañana. Una persona aprende a controlar sus lágrimas cuando están pidiendo a gritos salir, una persona aprende a no hacer caso de la persona que intenta herirlo, una persona aprende a aparentar estar bien, cuando en realidad no lo esta, una persona, aprende a pintarse sonrisas... pero cuando llegas a tu casa, y te encuentras sola, vuelves a ser esa persona vulnerable, vuelves a perder las fuerzas, y las lágrimas que tanto has retenido por fin logran salir...

Y es que, cuando eres adolescente, tienes que aprender a levantarte, a salir adelante, aunque para ello te caigas tantas veces que se te desangren las rodillas, y para ello, nunca viene mal que antes de levantarte, te estén tendiendo la mano para apoyarte y coger impulso...

Sé que no es lo mismo, pero un adolescente, también necesita de abrazos, de caricias, de cariño... como cuando eres un niño y solo un beso de tu madre logra quitarte esa gran pena que tienes...

Al fin y al cabo... nunca dejamos de ser niños...